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El Anti-Racismo Latinoamericano en Tiempos ‘Post-Raciales’ - LAPORA

 

Los guaraní-kaiowá son un pueblo indígena que vive en la región de Mato Grosso do Sul, en Brasil, donde han luchado durante mucho tiempo por sus derechos al territorio. En las últimas tres décadas, sus protestas han ganado visibilidad y fuerza en la región a través de la "Gran Asamblea" de Guarani-Kaiowá, el Aty Guasu.

Desde el siglo XIX, el trabajo indígena se utilizó en la extracción de la hoja de yerba mate en la región. Los indígenas no fueron expulsados ​​de su territorio tradicional, y hubo pocos conflictos entre los guaraní-kaiowá y los no indígenas. Entre 1915 y 1928, el gobierno brasileño creó ocho reservas de tierras, cuyo tamaño tuvo poco en cuenta la forma en que los guaraní-kaiowá ocuparon y utilizaron su territorio. Desde la década de 1950 hasta la década de 1980, con el establecimiento de haciendas ganaderas y plantaciones de soya, muchos guaraní-kaiowá trabajaron en la tala del bosque de la región que habitaron. Poco después, los hacendados recién establecidos, aliados con los poderes políticos locales y la dictadura, comenzaron a desplazar violentamente a las familias guaraní-kaiowá de sus territorios tradicionales. Como reacción, el Aty Guasu surgió en la década de 1980 para desafiar este proceso sistemático de genocidio.

Cada año, los guaraní-kaiowá se reúnen en el Aty Guasu, donde expresan sus demandas y denuncias, y organizan estrategias de lucha. Una estrategia reciente ha sido la reocupación de tierras que ya han sido identificadas oficialmente como parte de su territorio, pero que todavía están en posesión de los hacendados. Esto ha generado tres tipos de reacciones por parte de los hacendados: primero, contrataron a pistoleros, que desalojaron a los indígenas de los sitios reocupados, a menudo torturándolos y asesinándolos. En segundo lugar, obtuvieron órdenes de desalojo de Justicia Federal, ejecutadas por la fuerza policial. Tercero, presionan fuertemente por los cambios legislativos para debilitar los derechos territoriales de los indígenas. Estas reacciones generan terror, sufrimiento y muerte entre los guaraní-kaiowá.

Según el informe Violência Contra os Povos Indigenas no Brazil (CIMI 2017), solo en 2016 hubo 118 muertes entre la población indígena. De ellos, el 47% se encontraba en Mato Grosso do Sul. Para la gente guaraní-kiowa, no hay vida fuera de su tierra. Su existencia, cosmología y bienestar están directamente relacionados con la tierra. Por lo tanto, al organizar ataques constantes en tierras indígenas, el estado está promoviendo efectivamente una agenda anti-indígena y genocida.