En Ecuador, el decreto presidencial 60 de 2009 buscó promover la inclusión laboral de miembros de los pueblos y nacionalidades de Ecuador en instituciones públicas en la misma proporción que su porcentaje en el último censo de 2010. Además, algunos gobiernos latinoamericanos progresistas promovieron una Nuevo enfoque de las relaciones internacionales basado en la llamada "diplomacia de los pueblos" (Díaz Martínez 2013), en el marco del Buen Vivir (Buen Vivir, Sumak Kawsay o Suma Qamaña). En este contexto, en 2012 y 2013, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador promovió una política de acción afirmativa para incorporar a los pueblos indígenas, afroecuatorianos y montubios a las filas de los nuevos funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores. En efecto, aproximadamente la mitad de los nuevos diplomáticos pertenecían a estos grupos (187 nuevos diplomáticos indígenas afroecuatorianos o montubios).
Esta política esperaba cambiar al servicio diplomático que era visto como elitista y excluyente. Sin embargo, tuvo varios problemas en su diseño, implementación y sostenibilidad a largo plazo. Estos elementos podrían eventualmente comprometer las posibilidades de éxito de los nuevos diplomáticos étnicos, en el marco del Estado plurinacional e intercultural.
